Ford Puma eléctrico: golpe de efecto a los SUV
Ford plantea una doble ofensiva de SUV medios eléctricos para convertirse desde 2023 en el azote de modelos como el VW ID.4 o Skoda Enyaq en sus diferentes v
Ya te hemos contando que Ford se pasa al eléctrico con un ambicioso plan de ataque inicial basado en tres nuevos SUV eléctricos que complementarán al Mustang Mach-e, pero también cuatro nuevos vehículos comerciales tanto con variante de pasajeros como de carga con rangos de viaje para medias distancias y, fundamentalmente, especializados en el transporte libre de emisiones en reparto de última milla. En el caso de los SUV, como también te contamos en ese mismo artículo, la oferta es triple en realidad en tanto en cuanto su modelo de tamaño medio, con unas dimensiones inferiores a al Mustang Mach-e, se desdoble en dos variantes con perfiles bastante diferentes: uno será más funcional y contará por tanto con un diseño de mayor volumen mientras que la segunda opción será más emocional tanto en su diseño como en su orientación prestacional. Ya en 2023, Ford lanzará dos nuevos SUV eléctricos basados en la arquitectura MEB de VW. En 2024 llegará el Puma eléctrico. Estamos, básicamente, ante una pareja de coches como el Skoda Enyaq en su versión normal y Coupé, o como un VW ID.4 e iD.5, coches, por cierto, con los que compartirá su arquitectura MEB. Los dos modelos ya están confirmados para 2023, se darán a conocer este mismo año y se fabricarán en la planta alemana de Colonia. Si esperamos novedades en la parte mecánica por parte de Ford, no las habrá en el apartado de baterías ya que todo apunta que Ford usará también paquetes de baterías con capacidad de 58 y 77 kWh, desestimando para estos modelos la batería más pequeña de cuantas emplea el kit modular eléctrico de VW, el de 45 kwh… Pero, ¿sabes dónde irá a parar esta batería? Ford Puma eléctrico. Menos de 16 kWh de consumo y 340 km de autonomía como objetivo. El Ford Puma eléctrico vivirá dos fases, una primera basada en su actual arquitectura B2E, ya desarrollada en su momento para poder utilizar motores de combustión, versiones electrificadas MHEV, pero también cien por cien eléctricos, y una posterior pasado un ciclo de vida de no menos de cuatro años desde su lanzamiento. Momento, nuevamente, en el que podría haber acuerdos de colaboración con VW para recurrir a la arquitectura en la que se basarán los modelos pequeños de VW, como el ID.2 Life. En el caso del primer Ford Puma eléctrico, se trata de una transformación equivalente a la que en su momento hicieron los SUV de Stellantis como el Peugeot e-2008, Opel Mokka-e o DS3 Crossback E-Tense, o como el Kona de Huyndai, también con versiones térmicas y eléctricas en su misma gama, y en este caso, con doble versión en potencia o capacidad de baterías. Ford apuesta sin embargo por una variante única, optimizada y atomizada en todas la áreas para conseguir objetivos de peso, de autonomía y de consumo medio. El Ford Puma eléctrico se fabricará en la factoría rumana de Craiova, Rumanía. Esperamos verlo en acción desde finales de 2023 aunque no se pondrá a la venta hasta el primer trimestre de 2024. Su avanzada estructura B2E, como hemos dicho, tiene capacidad de electrificarse al completo mediante un motor delantero y un kit de baterías ubicado en la zona inferior del vehículo que no modificará en absoluto la habitabilidad del Ford Puma ni limitará el maletero respecto a las actuales versiones Mild Hybrid, con 401 litros en la actualidad, lo cual supondrá ofrecer algo menos de capacidad que el Kia e-Niro, tanta como el Peugeot e-2008 y bastante más que un Opel Mokka-e. Ford no tiene un planteamiento rutero del Puma eléctrico. Es consciente de que será un coche urbano y de trayectos medios programados, si bien, sus baterías tendrán capacidad de carga rápida hasta potencias de 100 kW y el cargador embarcado en corriente alterna admitirá potencias des hasta 11 kWh para poder realizar una carga completa en menos de 5 horas. Al parecer, el primer y único paquete de baterías tendrá una capacidad de 45 kWh, equidistantes respecto a las del Kia e-Niro o Hyundai Kona en sus versiones de 136 CV, con 39,2 kWh de capacidad, y las estandarizadas a 50 kWh que usan los tres SUV de Stallantis. Sin embargo, se prevé que la autonomía del Ford Puma eléctrico está más cerca de estos, marcándose un objetivo de 340 km de radio de acción y consumos inferiores a los 15 kWh/100 km. Los credenciales técnicos del Ford Puma para conseguirlos se basarán en una mayor ligereza respecto a SUV eléctricos semejantes y más especialmente en una gestión más avanzada que permitirá a Ford mejorar la eficiencia de los motores eléctricos y gasto energético. Esperamos una potencia de 145 CV, mayor que la competencia, también más par que sus rivales, modos de conducción eficiente aunque menos descafeinado de lo habitual para limitar sólo en su justa medida la entrega de potencia, pero también modos Normal y Sport para conducción cotidiana o más entusiasmante, si bien, Ford persigue tanto más la prestación dinámica de chasis basada en seguridad y diversión al volante, algo se puede experimentar con cualquier Ford Puma de la gama, que la puramente prestacional. El Ford Puma eléctrico contará con las mejoras que anteriormente introducirá en la gama convencional, basado en el mejorado entorno digital que ya utilizan los renovados Ford Fiesta y Focus. Y para un futuro, y ya con la factoría de baterías de VW asentada en Sagunto, a escasas decenas de kilómetros de la fábrica de Ford de Amusafes, esperamos que Ford pueda asumir la especialización de los coches eléctricos más pequeños de la marca acogiendo el futuro Fiesta, probablemente basado en sinergias también con VW, arquitectura que también podría dar lugar a la segunda generación del Ford Puma cien por cien eléctrico.
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